H.P. Lovecraft, el corazón de las tinieblas

Una monumental y exhaustiva edición anotada recupera los relatos del padre del horror cósmico

legará un día en que el oscarizado Guillermo del Toro cumpla su viejo sueño de llevar a la gran pantalla «En las montañas de la locura» y convierta de una vez por todas el «asombroso universo de viejos dioses y monstruos cósmicos» al que dio forma Howard Phillips Lovecraft (Providence, 1890-1937) en carne de superproducción cinematográfica. Mientras tanto, al huraño y esquivo soñador de Providence no le queda más remedio que conformarse con ese culto creciente repleto de tentáculos escurridizos, inesperadas conexiones en los más variados flancos de la cultura popular y excursiones a las tripas del horror cósmico siguiendo el rastro de, cojan aire, Cthulhu, Nyarlathotep o Azathoth. Porque, como escribió Stephen King,«¿qué es la ínfima maldad interior de la bomba atómica en comparación con Nyarlathotep, el Caos Reptante, o Yog-Sothoth, la Cabra con Mil Vástagos?».

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