Los orangutanes de Borneo, en peligro de extinción
Esto tiene que acabar: 140.000 orangutanes han muerto en los últimos 16 años debido a la caza y la pérdida de hábitat.¹
Por primera vez conocemos números oficiales sobre la población de orangutanes y su declive, y las cifras son alarmantes. En la actualidad se estima que quedan entre 70.000 y un poco más de 100.000 ejemplares en libertad. Unos datos que sitúan a la especie en la categoría de ‘en peligro crítico’, la categoría máxima de amenaza de una especie.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? La principal causa de este declive es la destrucción del hábitat del orangután, producida por la deforestación.
Durante años, las industrias de aceite de palma y pasta de papel se han expandido a costa de la selva tropical, talando primero los árboles cuya madera tiene mayor valor comercial y quemando posteriormente lo que queda de selva. Luego abren canales para drenar el agua de estos bosques pantanosos, secan las turberas y preparan el terreno para sus plantaciones. En estas condiciones, los orangutanes no pueden sobrevivir, mueren en los incendios, son capturados o cazados.
Solo en 2015 las selvas de Indonesia sufrieron cientos de miles de incendios, impidiendo la visibilidad, dificultando el tráfico aéreo, colapsando las urgencias de los hospitales y provocando el cierre de escuelas. Y no, los orangutanes no se libraron. De hecho, tras los incendios su situación se elevó de ‘riesgo’ a ‘en peligro crítico’.
Desde Greenpeace llevamos años denunciando la destrucción de los bosques primarios, en concreto las selvas de Indonesia, conocidos como ‘Bosques del Paraíso’ por albergar dos de las terceras partes de la biodiversidad de toda la Tierra. Son el hogar de especies tan increíbles como la rana voladora, el rinoceronte de Sumatra y Java o el orangután, el cuarto pariente más cercano del ser humano.
Juntos hemos conseguido que empresas como el banco Santander o HSBC —el más grande de Europa— se comprometan a dejar de financiar la destrucción de bosques en Indonesia, pero tenemos que seguir luchando contra estas prácticas. Con tu ayuda podremos seguir presionando a las empresas y al gobierno indonesio para que cumplan sus compromisos y dejen de destruir el hogar de miles de personas y de especies como el orangután para producir aceite de palma y productos papeleros. ¡Ayúdanos a proteger los bosques!
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